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Fernando Castillo: “Estamos evolucionando de una típica constructora a un grupo empresarial”
ICCGSA tiene 49 años, pero en los últimos años la operación se ha sextuplicado. Involucrados también en lo forestal y en el agro, se preparan “para los próximos 50 años”.
La sede de Ingenieros Civiles y Contratistas Generales (ICCGSA) está en San Isidro. Las oficinas son el resultado de la unión de cuatro casas. El frontis ocupa gran parte de una de las cuadras de la avenida Aramburú. Está pintado de blanco, y una caseta con lunas polarizadas da la bienvenida.
Hace cuatro años, la compañía solo ocupaba una de las casas, trabajaban 50 personas. Ahora son 200. Expansión, le dicen.
No es casualidad que la constructora haya dado un salto mayúsculo. “Hemos sextuplicado nuestras ventas en cuatro años”, refiere Fernando Castillo, gerente general de la empresa.
Dicho crecimiento los ha llevado a pensar literalmente en alto. Tiene un proyecto de oficinas en la avenida Andrés Reyes, en pleno centro financiero de San Isidro.
En el futuro edificio, el que invertirán US$ 20 millones, se ubicará, en el 2016, la nueva sede corporativa de la compañía.
ICCGSA nació para la construcción, principalmente, de infraestructura: obras viales, carreteras y algunos movimientos de tierra sobre todo para mineras. Esa esencia aún la conservan.
Castillo sabe que en temas de construcción, cuando la economía está bien, al sector le va aún mejor; pero cuando no todo marcha bien es la construcción uno de los más golpeados.” Lo que hicimos fue prepararnos diversificándonos”.
¿En qué forma?
Con otros negocios de la misma construcción. No desarrollábamos proyectos inmobiliarios, y ahora creamos una empresa, que es Valora (tres años en el mercado). La construcción sigue siendo un buen negocio.
¿Cuántos proyectos tienen?
Tenemos uno en Jesús María, dos en Surco, uno en Villa María del Triunfo y otro en Piura. Básicamente, estamos enfocados en los segmentos B y C de la población. Para Piura adquirimos 23 hectáreas; pensamos hacer un desarrollo importante de casas, departamentos, comercio. Es un proyecto a mediano plazo.
¿Han planeado hacer sus propios strip centers?
Seguramente los haremos.
¿En qué momento deciden diversificarse?
Lo que hicimos fue ver posibilidades a futuro. Somos optimistas de que el crecimiento continuará, sobre todo en infraestructura: pero si algo sucede, alguna dificultad, pensamos tener ingresos en otros sectores.
¿Cómo cuáles?
El forestal, por ejemplo. Hemos reforestado una zona de la Amazonía. Es una inversión a largo plazo. Tenemos mil hectáreas que se van a poder empezar a ver en 10 y 20 años.
¿Es una apuesta a futuro?
Nos estamos preparando para nuestros próximos 50 años. Aparte de lo forestal, tenemos un emprendimiento en Sullana, donde vamos a cultivar uvas. En Olmos hemos comprado tierras. Allí nos hemos asociado con Agrícola Chapi; en noviembre nos entregan el agua y allí tenemos que empezar a sembrar, sobre rodo productos frutales.
¿Espera, tal como lo dijo Gestión, llegar a US$500 millones de ingresos en el 2015?
Estamos en ese camino, el reto es mayor.
Camino de concreto
Hace 49 años, el padre de Fernando Castillo, Augusto, junto a dos socios fundó la compañía. “Ahora estamos en la segunda generación”, afirma. Su padre aún visita la compañía. Tiene 86 años. “su consejo es siempre muy valioso”, añade.
Castillo es el menor de los cuatro hermanos, pero es el único que ocupa un cargo gerencia en ICCGSA.
La literatura sobre compañías familiares se ha desarrollado considerablemente, al punto de que hay decena o cientos de libros que hablan de cómo pasar a la segunda generación. Solo el 20% de ellas sobrevive, añade, y admite que se ha informado d todos estos temas para evitar esas tribulaciones propias del mix familia empresa.
¿Su padre lo preparó para el negocio?
Lo primero que tiene que suceder es que tienes que tener la vocación. En nuestro caso, los tres hermanos somos ingenieros. En el futuro tendré que ver que quieren mis hijos.
¿Cómo avanzan en sus nuevos negocios?
Si vamos a entrar a un negocio vamos de la mano con alguien que conozca. No necesariamente un socio, sino algún operador.
¿Todo se hace bajo la plataforma de ICCGSA?
No, lo que hemos hecho es crear ICCGSA Inversiones. Bajo este holding tenemos muchas empresas como ICCGSA Agroindustrial, Grúas e Izajes, así como la que administra nuestra participación en los tramos 2 y 3 de la Interoceánica y también en un proyecto como Telecabinas de Kuélap, que verá la construcción del teleférico.
¿Cuándo decidieron darle este orden a la compañía?
La idea de diversificarnos surgió hace tres años, pero la creación de ICCGSA Inversiones surgió hace dos meses, es muy reciente. Estamos evolucionando de una típica empresa constructora a un grupo empresarial. Insisto, no estamos preparando para los próximos 50 años.
Para no olvidar
el concreto ha señalado el camino de la compañía. Una obra emblemática figura como una postal en la mente de Castillo: la Vía Expresa. Ese parece ser uno de los puntos de inflexión en el origen de la empresa. ICCGSA participó en la construcción de uno de sus tramos, como también lo hizo en un sector de la Costa Verde. Más recientemente fue parte del consorcio que construyó la Vía Expresa Grau y luego la estación central del El Metropolitano. En los noventa-añade- se dieron las condiciones para ir creciendo más fuerte.
Sobrevivieron además a épocas muy complicadas
Nuestra fortaleza es saber sobrevivir a todas las crisis.
¿Y hay una fórmula?
Sabíamos crecer y luego reducirnos, porque de lo contrarios mueres. Hay que saber ser ágiles y acomodarse a las condiciones del entorno. Si tú ves que el entorno no es propicio tienes que hacer ajustes.
¿Trabajar con el Estado es arriesgado?
En los últimos años ya no lo es. Hubo una época en que si lo era, una época en que no había recursos. Hacías una obra en la que tenían que pagarte, por ejemplo, 100 y no tenían, por lo que te daban un papel que decía: vale por 100. Era complicado.
¿Qué hacían?
mirar al mercado y ver a quién vender esos papeles. Terminabas vendiéndolos a70% de su valor.
¿Y ahora cuántos proyectos manejan?
Alrededor de 25 en todo el Perú.
¿Cuánta es la inversión?
No tengo el dato preciso, pero se puede medir con nuestra facturación. El año pasado hemos facturado US$280millones.
El recorrido de un gerente
Fernando Castillo entró a la compañía en 1983. “Aquí he hecho de todo: he trabajado de ayudante del ayudante. Pasé por el campo como ingeniero, luego a la oficina viendo equipos, luego presupuesto. Después la parte comercial, para terminar en la gerencia general, donde estoy hace 17 años”.
En aquella época las reuniones de familia se cruzaban con charlas sobre la empresa. Esa línea delgada estaba cruzada y trastocada.
Pero hace mucho que no es así. “Hemos logrado separar ambos ámbitos”, señala. Un punto para lograr ese equilibrio fue la elaboración de un protocolo familiar.
¿Cuál es el reto interno?
Tenemos todo un programa de retención del talento, de identificación de valores, líneas de carrera.
¿Es difícil conseguir personal calificado?
Es difícil. Hemos crecido muy rápido y se requiere de mucha gente en todo sector. En algunos puntos, la falta de personal calificado se vuelve un cuello de botella.
¿Cómo acelerar el desarrollo?
Estamos enfocados en todo el tema de concesiones y asociaciones público-privadas. Allí vimos, por ejemplo, una oportunidad en el teleférico de Kuélap.
Además de los rubros en los que han intervenido, ¿estudian ingresar a otros negocios?
Sí, pero siempre vamos a estar enfocados en nuestro negocio principal, que es la construcción.
Ustedes construyeron el túnel de Antamina…
En el momento que lo hicimos el mineroducto de 300 kilómetros era uno de los más grandes del mundo.
¿Ha perdido?
Nuestro principal reto es satisfacer al cliente. Si en algún momento hay un mal cálculo y te toca perder, hay que perder, pero que el cliente quede satisfecho. Luego estudiamos qué pasó para que no se repita. Pero cuando nosotros tomamos una decisión seguimos para adelante, pero si miramos para atrás estaríamos en muchas dudas.
Fuente: Gestión 25/09/2014